La minería de datos (o data mining) es un proceso asistido por ordenador que permite analizar y comprender un elevado nivel de información y ayuda a las empresas a resolver problemas, aprovechar nuevas oportunidades, disminuir el impacto de los riesgos y poner en marcha estrategias digitales. Entre sus numerosas aplicaciones, permite a las empresas hacer predicciones precisas sobre las futuras actuaciones de los usuarios, facilitando la anticipación a los procesos, la toma de decisiones y la predicción automatizada de tendencias y comportamientos. Según la EAE Business School, el data mining puede aplicarse en cuatro ámbitos de los negocios:

  1. Marketing digital: para adelantarse a los comportamientos de los consumidores en un entorno tan cambiante. De tal forma, se pueden crear campañas personalizadas a los gustos de cada usuario, basándose en términos de precisión y alcance. Esto tiene una gran ventaja, ya que evita la pérdida de clientes, al crear campañas adaptadas a sus deseos y necesidades.
  2. Evitar la sobrecarga informativa: en medio de la vorágine informativa en la que nos encontramos, el data mining explora numerosos conjuntos de datos en busca de una información específica. Se centra en encontrar patrones concretos y repetitivos, al hacer una lectura en profundidad de la información, para ayudar a una empresa a tomar decisiones estratégicas.
  3. Descubrir tendencias: emplea el análisis matemático para dar con las tendencias que explican un comportamiento concreto, las cuales serían muy difíciles de identificar si no se utilizase esta disciplina, ya sea por la sobrecarga de datos o por su complejidad. A partir de esas conclusiones, las organizaciones podrán realizar predicciones futuras con un elevado nivel de acierto y tomar decisiones tácticas y estratégicas al respecto.
  4. Aumentar los públicos: al ofertar promociones específicas para cada usuario, no solo se reduce el riesgo de perder clientes, sino que se podrá llegar a clientes potenciales y perfeccionar la gestión del