La pandemia de coronavirus ha transformado por completo el modelo empresarial, haciendo que las instituciones hayan digitalizado la mayor parte de sus procesos de un día para otro y que la digitalización se haya convertido en un elemento esencial para afrontar la situación actual y los momentos futuros. La transformación digital ha acelerado esa competitividad en el entorno online, cada vez más patente, que debe ir acompañada del liderazgo empresarial y de una evolución en las habilidades de sus directivos.

Así lo constata el informe de ESADE “Impacto del COVID-19 en las capacidades de los directivos y las estrategias de digitalización”, que muestra cómo el 85,7% de los cabezas visibles de las organizaciones consideran que sus capacidades deben cambiar tras la llegada del coronavirus.

La creatividad, la flexibilidad y el dominio de las herramientas del entorno digital son los tres aspectos en los que se tiene que centrar un CEO para alcanzar un exitoso liderazgo empresarial, según detalla el documento, al que le deberíamos añadir dos cualidades más: la confianza y la credibilidad.

Generar confianza entre los diferentes grupos de interés es una actividad constante y que se debe hacer día a día, en la que primen mensajes cercanos, claros y transparentes y una conducta coherente y consecuente con las acciones de la empresa.

Ello permitirá poner en marcha relaciones sinceras con los stakeholders, lo que consolidará a largo plazo una relación verdadera y fiel con ellos y traerá consigo una sólida reputación para las propias instituciones.