El 5G está en boca de todos. La nueva tecnología móvil aumentará la velocidad de conexión, reducirá al mínimo la latencia (el tiempo de respuesta de la web) y multiplicará exponencialmente el número de dispositivos conectados.

Objetos cotidianos, desde la nevera hasta los automóviles, podrán conectarse (con nosotros y entre sí) en tiempo real. Su despliegue supondrá una revolución en todos los sectores: será factible realizar intervenciones quirúrgicas teleasistidas, desplegar flotas de vehículos autónomos y coordinar los trabajos agrícolas a través de sensores, como algunos ejemplos.

Nueva red de distribución. Implantar del 5G no es tan sencillo como pueda parecer, ya que se requiere de una red de distribución completamente nueva. Esta infraestructura de distribución del 5G es el mayor inconveniente porque conlleva un coste elevado.

Small cells. Los puntos de acceso inalámbrico de área pequeña, también conocidos como “small cells”, son fundamentales para el despliegue del 5G en Europa. Se requieren cientos de estos puntos de distribución, por lo que su instalación debe hacerse de forma segura.

Nuevo reglamento. La Comisión Europea ha aprobado el Reglamento de Implementación de las redes 5G enfocado a los “small cells”, donde especifica las características físicas y técnicas de las celdas de las antenas para el 5G.

Cobertura reducida. Estas antenas pequeñas jugarán un papel importantísimo en el despliegue del, ya que permitirán alcanzar velocidades de varios Gbps y latencias bajísimas. Pero como su cobertura será muy reducida, habrá que cubrir las ciudades de antenas, que se colocarán en sitios donde no se vean y aprovechando instalaciones ya construidas.

Tecnología segura. En la regulación que la UE ha publicado recientemente, se establece el tamaño y el consumo energético máximo que tendrán estas antenas. De este modo, los puntos de acceso operarán a una potencia 50 veces más baja que las recomendaciones científicas internacionales, por lo que se garantiza que las nuevas antenas serán seguras.

Instalación en ciudades. El tamaño de estas pequeñas antenas deberá ser tal que queden ocultas a los ojos de la población, y en el caso de que se vean, tendrán que ocupar un volumen máximo de 30 litros, según el Reglamento. Esto hará que puedan instalarse sin problema en mobiliario urbano sin que perjudique a la estética del lugar.

Entrada en vigor. La regulación estará operativa a partir del 21 de diciembre de 2020, y es aplicable en todos los estados miembros.