María García Puyol, David Ferrer-Desclaux y Carlos Abellán tiene varias cosas en común. Los tres tiene menos de 35 años, los tres son españoles y, sobre todo, los tres están cambiando el futuro. Así lo asegura una de las instituciones más prestigiosas del mundo en lo que a ciencia y tecnología se refiere, el Massachusetts Institute of Technology, más conocido como MIT.

Esta universidad estadounidense ha publicado un año más su listado de los 35 innovadores europeos menores de 35 años que «están cambiando el futuro de la ciencia y la tecnología». Un listado en el que este año han entrado estos tres españoles:

  • María García Puyol: malagueña nacida en 1987, ingeniera de telecomunicaciones por la Universidad de Málaga, trabaja en la sede de Google, en Mountain View (California), donde desarrolla los sistemas de geolocalización de Android para mejorar los sistemas en interior. En sus propias palabras: «Mejoro los sistemas de posicionamiento en interiores, es decir, trabajo en estimar correctamente la ubicación de un usuario cuando utiliza las funciones de geolocalización con un teléfono Android. El ejemplo más claro es el punto azul de los mapas de Google que indica dónde te encuentras». Su trabajo permite localizar restaurantes en lugares muy concurridos, pero también mejorar los sistemas de localización de llamadas de emergencia del sistema operativo para móviles de Google, de forma que pudiera terminarse con algo que «parecía ilógico: que Uber llegara a la gente antes que una ambulancia».
  • David Ferrer-Desclaux: este ingeniero aeroespacial de 32 años ha entrado en el prestigioso listado del MIT gracias a una pregunta que se hizo junto a un compañero mientras estudiaba en la universidad: ¿y si convertimos un gran barco mercante en un velero? A través de su start-up bound4blue está desarrollando un sistema patentado de velas rígidas, plegables y autónomas para adaptar a cualquier tipo de navío y utilizar la fuerza del viento en su desplazamiento. ¿Cómo conseguir que un mercante se moviera con el impulso del viento? La respuesta la está hallando Ferrer-Desclaux en la tecnología de las aeronaves. Sus trabajos apuntan a que un barco podría ahorrar entre un 10% y un 40% de combustible utilizando este tipo de velas, hechas a medida y capaces de orientarse y plegarse de forma totalmente autónoma. Teniendo en cuenta que el 80% del transporte mundial es marítimo y que dicho volumen no descenderá en las próximas décadas, la importancia estratégica del trabajo de Ferrer-Desclaux es evidente, aunque queda aún más claro cuando él mismo explica que «un barco puede llegar a consumir hasta 110 toneladas de combustible al día, lo que puede llegar a representar el 80 % de los costes operativos del buque».
  • Carlos Abellán: este ingeniero de 28 años tiene entre sus manos la posibilidad de garantizar la seguridad informática en un mundo en el que los ordenadores cuánticos amenazan con desvelar todo tipo de información personal. La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense ya advirtió de que no existe tecnología para controlar los ordenadores cuánticos; pues bien, Abellán y su empresa Quside Techonologies está en camino de resolver este problema. Actualmente, la seguridad cibernética se basa en técnicas criptográficas; una tecnología que nada tendrá que hacer en el momento en que las computadoras cuántica se conviertan en realidad. Carlos Abellán trabaja precisamente en generadores números aleatorios cuánticos que permitirán garantizar la seguridad en dicho ámbito tecnológico. El futuro ya está aquí: la internet de la cosas (IoT) y la tecnología blockchain ya están transformando las comunicaciones a nivel mundial, hasta el punto de que se habla de la industria 4.0. En este contexto, resulta capital garantizar la seguridad de datos, algo que llamó la atención de Abellán mientras estudiaba la carrera y que desarrollo en su tesis doctoral, en la que demostró que era posible aunar en un solo chip todo lo necesario para crear tecnologías cuánticas, lo que habría el camino al futuro de la ciberseguridad.