La globalización y la irrupción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación supusieron una modificación de paradigmas a escala global. El mundo se transformó en todos los sentidos, se rompieron barreras y fronteras físicas y surgieron nuevas oportunidades pero también nuevos desafíos.

El surgimiento de estos nuevos escenarios sumó riesgos a los clásicos ya existentes y dio lugar a los nuevos ‘teatros de operaciones’, entre los que destacan tres espacios: el ultraterrestre -la exosfera-, el ciberespacio y el espacio geoeconómico. Así lo plantea el General Fernando Davara Rodríguez, Presidente del Círculo de Inteligencia y Profesor del Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad (PIES), en el número 6 de los Papeles de Liderazgo titulado ‘Inteligencia económica y seguridad nacional’.

En dicho documento, este experto advierte de que «el ciberespacio genera grandes avances socioeconómicospero también facilita la aparición de vulnerabilidades que no son desconocidas para individuos y organizaciones criminales, terroristas, e incluso Estados, que han percibido que es posible explotarlas para atacar a las potenciales víctimas, para destruir su información o las infraestructuras que la soportan, o bien para obtener informaciones de otros y difundir las suyas propias».

En este sentido, en los últimos años hemos asistido a numerosos ejemplos de esas vulnerabilidades que señala el General Davara en distintos ámbitos, tanto por la difusión de informaciones falsas dirigidas a generar confusión y desprestigiar a personajes y entidades públicas, como directamente por otros fenómenos que han afectado a la seguridad nacional e internacional de aparatos estatales y paraestatales.

Runners, GPS y una base secreta

En el epílogo de su análisis, Fernando Davara enfatiza que «los nuevos escenarios de confrontación y competición ya no son solamente nacionales ni afectan exclusivamente a los Estados; la seguridad se concibe ahora en un entorno internacional y además conjunto». Un buen ejemplo de estos riesgos es la alerta que surgió hace unas semanas derivada del uso de una aplicación móvil para aficionados al running.

En un contexto como el actual, en el que se vive conectado 24/7 a la red, el tráfico continuo de información personal que se hace pública en internet, en ocasiones de forma inconsciente, puede derivar en una importante amenaza para la seguridad nacional e internacional. Que una persona use una pulsera con GPS para controlar sus avances deportivos puede parecer del todo inofensivo, pero si esa persona es un soldado destinado en una base secreta del ejército estadounidense en África, y la información que proporciona la pulsera es pública, entonces la situación se complica.

Si además resulta que el gadget para runners es extremadamente popular entre los soldados desplegados en la base y todos ellos comparten sin saberlo la información de sus rutinas de ejercicio, el peligro es absoluto desde el momento en que las rutas que utilizan alrededor de la base en sus carreras diarias permiten dibujar con enrome detalle el contorno de una base militar ha dejado de ser secreta pese a tratarse de una infraestructura de alta seguridad.

Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad

La ciberseguridad es cada vez más importante pero a veces los riesgos son mucho más básicos que un complejo ataque cibernético. Toda empresa, especialmente aquellas que trabajen en ámbitos de internet y con Big Data, deben incorporar en sus estrategias la Inteligencia Económica. No sólo como un elemento de desarrollo comercial, sino también desde el punto de vista de la seguridad.

En este sentido, el Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad (PIES), cuya 7ª edición comienza el próximo 20 de abril, es el programa de formación idóneo para adquirir los conocimientos necesarios para poner en marcha dicha herramienta. El PIES es el programa pionero en España en Inteligencia Económica y está dirigido a directivos y profesionales del ámbito empresarial y económico interesados en conocer cómo aplicar la Inteligencia a la toma de decisiones en las compañías, sean grandes o pymes, para reducir la incertidumbre e incrementar los aciertos en este mundo globalizado y en permanente competición.