Justo una semana después de que se oficializara el inicio del proceso que supondrá la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, Simon Manley, embajador británico en España desde hace más de tres años, compareció en una nueva sesión del Aula de Liderazgo Público de MAS Consulting para hablar sobre el futuro de las relaciones de Reino Unido y España tras el Brexit. Una sesión que sirvió para presentar la 6ª edición del Postgrado de Inteligencia Económico y Seguridad (PIES) que comenzará el próximo 12 de mayo.

El acto fue presentado por Daniel Ureña, Socio & Director General de MAS Consulting y Coordinador del Aula de Liderazgo Público; y Virginia Ródenas, Directora Académica del PIES, se encargó de presentar a Simon Manley ante un auditorio con aforo completo.

Ródenas introdujo al embajador y lanzó el guante en forma de Gibraltar. Manley lo recogió, pero lo guardó para más adelante. “Como todos ustedes saben, vamos a salir de la Unión Europea”, comenzó el diplomático, que dijo ser “muy consciente de la decepción que supone para muchos españoles”.

A partir de ahí, Manley relató los lazos que unen a Reino Unido y España –económicos, sociales, culturales…-, poniendo encima de la mesa el turismo como uno de los pilares fundamentales y citando que 2016 fue un año récord con 18 millones de británicos que visitaron España –“2017 parece que va a fijar un nuevo récord”, aseguró-, así como los españoles que residen en Reino Unido, en torno a 130.000, según los datos que presentó.

La colaboración de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de ambos lados del Canal de La Mancha fue otro de los elementos que Manley destacó como fundamentales en la relación bilateral Reino Unido-España. Elementos todos ellos que, enfatizó, deben mantenerse en la medida de lo posible. “Compartimos los mismos principios y objetivos, por lo que Theresa May ya ha dejado claro que quiere llegar al mejor acuerdo posible con la UE”, recordó.

Tres pilares fundamentales

Dicho acuerdo deberá basarse en tres pilares, argumentó el diplomático. El primero de ellos, la circulación de personas, a quien hay que garantizar “certidumbre” y “seguridad” para el futuro inmediato; es decir, no sólo tras la ejecución del Brexit –un proceso que a priori se alargará dos años- sino durante el periodo de negociación.

Otro gran pilar que reseñó Simon Manley fue el libre comercio. Consciente de que España tiene enormes intereses en el mercado británico y viceversa, el diplomático lanzó un mensaje claro narrando las bondades de la libertad comercial como pilar fundamental del desarrollo económico, sentenciando: “Creemos en el poder liberador del comercio”. Precisamente el acceso al mercado común es uno de los puntos de mayor tensión en el incipiente inicio de negociaciones entre Bruselas y Londres.

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Por último, Manley destacó la seguridad como el tercer pilar fundamental que debe regir el futuro acuerdo con la Unión Europea y, por ende, con los 27 Estados miembros; entre ellos, España. El embajador británico recordó que dicha colaboración entre dos países afectados por el terrorismo no se circunscribe únicamente a la lucha antiyihadista, sino que es muy importante en el ámbito del crimen organizado y todo tipo de delincuencia internacional.

El diplomático apuntó que es necesario un ejercicio creativo para imaginar cómo va a quedar finalmente estructurada la relación bilateral de su país con la UE. “Creemos que compartimos mucho, debemos utilizar las fortalezas que tenemos”, apuntó. Porque, argumentó, “el Gobierno debe respetar la voluntad del pueblo británico”, destacando que ahora mismo no hay ningún partido político importante, más allá del nacionalista escocés, que se posicione claramente en contra del Brexit.

Por ello, dijo Manley, su Gobierno insiste en la necesidad de negociar conjuntamente la salida de la UE y el futuro acuerdo bilateral. El diplomático recurrió a la necesidad de “evitar la incertidumbre” por los intereses de las personas y las empresas en todo este proceso. Y precisamente por esa necesidad de generar “certidumbre” y “seguridad” es por lo que Londres apuesta por la negociación conjunta, explicó.

Con las preguntas del público, Simon Manley recuperó el guante que le había lanzado Virginia Ródenas con el nombre de Gibraltar y fue claro: “Todas las partes de Reino Unido han votado y todas ellas van a salir de la Unión Europea”. Eso sí, el diplomático enfatizó la necesidad de llegar a un acuerdo que facilite el intercambio de trabajadores y la circulación de mercancías por el bien de la economía de la región.

El embajador británico también explicó que ve muy difícil un segundo referéndum, argumentando que el mandato del Parlamento es claro y el calendario no sería favorable a esa segunda consulta. La relación con Irlanda -“un reto difícil pero necesario”, en palabras de Manley- también salió a colación, recordando que ya existían acuerdos entre Dublín y Londres previos a la UE y que el futuro debe ir necesariamente en esa línea.

Un futuro, concluyó el diplomático, en el que Reino Unido estará sí o sí fuera de la Unión Europea, pero manteniendo una relación fluida y amistosa.