“En lugar de gastar miles de millones en la guerra, usaría ese dinero para dar de comer a los pobres”. Se trata del eslogan extraoficial de la precampaña de Wyclef Jean a la presidencia de Haití. El rapero y productor, ex miembro de los Fugees  escribió este otro tema que lleva por título ‘Si yo fuera presidente’.

Desde hoy esa posibilidad es más real. Wyclef Jean aspira, no a la presidencia de EEUU, sino a la de su Haití natal. El hijo pródigo regresa a su tierra décadas después enarbolando un mensaje de cambio y esperanza para una población hambrienta en todos los sentidos.

La noticia divierte e ilusiona, lleva una nota de color a la información internacional. Pero como señala The Economist, la candidatura de Wyclef no está hecha de la pasta del político. Su experiencia política del músico es nula, y su gestión al frente de la organización humanitaria Yelé Haití deja dudas sobre sus capacidades (se le acusa, entre otras cosas, de pagar sus propias actuaciones con dinero recaudado).

Y no es la experiencia el único escollo de esta inusual campaña. La Constitución haitiana no permite las candidaturas de aquellos que lleven menos de cinco años viviendo en el país, aunque la categoría de embajador honorífico de Wyclef podría servir para circunvalar la Carta Magna.

Sin embargo no cabe duda de que en un país en las circunstancias como las que pasa Haití, la carrera presidencial del rapero tiene visos de éxito: un alto índice de conocimiento y probablemente una valoración muy positiva entre una población joven mayoritaria y desencantada con la política; un mensaje claro de esperanza y cambio y la personaificación del sueño americano del éxito a través del esfuerzo y el talento es una fórmula envidiable. No sólo para Haití.