El ex-Beatle Paul McCartney recibió ayer el Premio Gershwin a la Canción Popular de manos del presidente de EEUU, Barack Obama. En mitad de un panorama ennegrecido por la mancha de petróleo del Golfo de México, el presidente hizo hueco en su agenda para recibir a Paul McCartney en un acto que se convirtió en un homenaje mutuo entre dos personas que han dado una nueva dimensión a la palabra ‘popular’.

McCartney y Obama en el momento de la entrega del Premio Gershwin
McCartney y Obama en el momento de la entrega del Premio Gershwin

«Recibir este premio es suficiente», dijo el músico, «¡pero recibirlo de ESTE presidente!». El premio Gershwin, en su tercera edición, ha reconocido a un autor que, en palabras del Librero del Congreso, James Billington, cuando se anunció el destino del galardón allá por noviembre «tiene un repertorio imborrable que ha tenido un efecto transformador en la canción popular».

En una carrera sin visos de perder fuelle, Paul McCartney ha imprimido una huella en la música como pocos otros artistas lo han hecho. Los Beatles fueron un fenómeno mundial que transformó la música combinando la calidad de las composiciones con un ineludible gancho para las masas. Son fenómenos que no se repiten habitualmente.

McCartney, de 67 años, reconoció haber estado nervioso antes de la actuación en la Casa Blanca con la que honró el recibimiento del premio. Acompañado de un puñado de estrellas (desde el cómico Seinfeld hasta el anterior ganador del Premio Gershwin, Stevie Wonder, pasando por el fenómeno adolescente de los Jonas Brothers) el ex Beatle ofreció una selección de esas canciones que hoy son parte del acervo cultural de millones de personas en todo el mundo. Hubo ocasión de escuchar a McCartney cantar ‘Michelle’ frente la primera dama, y de ver a los Obama y sus hijas acompañar con su voz al elenco de artistas que cantaban ‘Hey Jude’.

Obama alabó el trabajo de McCartney, y su aportación a la cultura americana, a la hora de «escribir la banda sonora de toda una generación» en el intercambio de elogios que mantuvo con Sir Paul, quien por su parte mostró su apoyo al presidente con énfasis y humor inglés: «después de los últimos ocho años, sienta bien ver conocer a un presidente que sabe lo que es una biblioteca».

De mito del pop a presidente de la popularidad, el encuentro, que se emitirá en la televisión pública americana a finales de julio, supone una bocanada de aire fresco para un Obama inmerso en una nueva grave crisis.