Daniel Ureña

Algo se mueve en España. El panorama de la comunicación política está en plena efervescencia. Los últimos años han visto cómo los partidos políticos y los candidatos están empezando a apostar por una nueva forma de llegar a los ciudadanos. La videopolítica, el uso de Internet, la presencia en las redes sociales y la profesionalización en las campañas están calando poco a poco. A continuación, se incluyen 10 tendencias que explican este cambio.

1. Un gran aumento de la oferta formativa en Comunicación Política

Nuestro Seminario Internacional de Comunicación Política
Nuestro Seminario Internacional de Comunicación Política

En 2002 la Universidad George Washington organizaba en Madrid la primera edición del Seminario Internacional de Comunicación Política y reunía a más de cien profesionales para escuchar las experiencias de grandes consultores y expertos norteamericanos (Christopher Arterton, Edward Grefe, Peter Fenn, etc.). Los asistentes – entre los que había numerosos candidatos, asesores, jefes de prensa, etc. – comprobaron las enormes diferencias entre la forma de concebir las campañas en Estados Unidos y en España. Pero año tras año, esa distancia ha ido acortándose poco a poco, si bien todavía las divergencias son notables. En este sentido, el incremento de programas de postgrado en Comunicación Política ha contribuido notablemente. Las universidades españolas están descubriendo que las campañas electorales y la comunicación de las organizaciones políticas son áreas que despiertan gran interés entre los recién licenciados, así como entre los profesionales que carecían hasta ahora de programas de formación específicos y suplían su capacitación con la experiencia y la práctica. Hoy cerca de una decena de postgrados relacionados con la Comunicación Política se pueden cursar en España, en centros como la Universidad Pontificia Comillas, la Universidad Carlos III, la Universidad Pontificia de Salamanca, etc. Sin duda, las universidades están formando a la cantera de la generación encargada de culminar esta revolución. Pero además, España se está convirtiendo en un destino muy atractivo para jóvenes profesionales de Latinoamérica interesados en especializarse en este campo y para los que los nexos culturales y lingüísticos son factores clave.

2. Un mayor interés por parte de los candidatos en la Comunicación

La campaña de Barack Obama cambió muchas cosas. Entre otras, sirvió para que muchos políticos de la vieja escuela que tradicionalmente repudiaban la eficacia de la comunicación cambiaran su visión. Obama demostró que una buena campaña unida a un buen candidato pueden hacer historia. Por eso, a lo largo del próximo año, con elecciones en Cataluña y aproximándose las municipales y autonómicas de mayo de 2011, asistiremos a cómo muchos candidatos intentan emular al Presidente de Estados Unidos. No será algo nuevo, puesto que ya hemos visto ejemplos de cómo algunos políticos españoles han copiado sin pudor (y sin éxito) campañas norteamericanas, una tendencia que seguiremos viendo. Lo positivo es que por fin los políticos están empezando a comprender que las campañas ya no se hacen de la misma manera que hace 20, 10 o 5 años. Hay nuevos lenguajes, códigos y formatos que requieren nuevas campañas.

3. El ejemplo de otros países

Las últimas dos elecciones presidenciales de Estados Unidos, la de 2004 y la de 2008 fueron seguidas con especial pasión en España. Tanto los medios de comunicación, que dedicaron muchas horas y páginas; los dirigentes políticos, que mostraban su apoyo públicamente a los candidatos; o la opinión pública en general prestaron gran atención a lo que sucedía al otro lado del charco, en ocasiones con la misma intensidad que en unas elecciones españolas. De hecho, surgieron grupos locales de apoyo a uno y otro candidato (“Democrats Abroad” y “Spain for McCain”) que hacían campaña en las calles de Madrid. En Europa, además, en los últimos años ha habido otros comicios seguidos también con gran expectación: en Francia, la contienda entre Nicolás Sarkozy y Ségolène Royal; en Alemania, la campaña de Angela Merkel; o en Italia, los triunfos de Romano Prodi y Silvio Berlusconi han servido de ejemplo para los candidatos españoles. Y es que la forma de hacer campaña está cambiando pero también se está homogeneizando en todo el mundo, ya que los políticos miran de reojo a sus colegas de otros países para aprender e introducir nuevas herramientas, estrategias y técnicas.

4. Una mayor atención por parte de los medios de comunicación

La comunicación política se ha convertido en noticia
La comunicación política se ha convertido en noticia

Durante los últimos treinta años las campañas electorales han sido muy aburridas en España. Poca innovación y una puesta en escena que se repetía una y otra vez. Carteles, mítines, anuncios y eslóganes casi intercambiables entre unos y otros candidatos marcaban el contenido de las campañas. Afortunadamente, los nuevos tiempos han traído nuevos lenguajes, nuevos códigos y nuevos formatos que han hecho la política más atractiva. Y, por ello, la consecuencia está siendo que los medios de comunicación prestan cada vez mayor atención a cómo y quién diseña las campañas electorales. La trastienda de los partidos y los candidatos se ha convertido en un tema de interés para los periodistas que, a medida que se acerca la fecha de las elecciones, desean conocer la intrahistoria y los entresijos de cada campaña. El resultado está siendo una mayor difusión del trabajo de los asesores, lo cual está acercando esta disciplina al gran público. No obstante, las simplificaciones en torno a la función de los consultores políticos siguen siendo muy habituales y la imagen que se proyecta a veces es la de expertos en corbatas, peinados y camisas. Sin duda, todavía queda mucho por recorrer para que se comprenda realmente la dimensión del trabajo de un consultor político, pero se avanza en la dirección adecuada.

5. Una creciente blogosfera sobre Comunicación Política

Desde hace pocos años se ha ido conformando en España una comunidad de blogs dedicada al análisis de la comunicación política. Estas bitácoras, que en muchas ocasiones son obra de profesionales muy jóvenes, suponen una fuente de información tremendamente útil sobre cómo son las campañas en todo el mundo y, sin duda, suponen la mejor manera de estar al día. Blogs como e-Xaps, e-Campanya o los de Antoni Gutiérrez Rubí, Ignacio Martín Granados, Pau Canaleta y otros muchos, diseccionan la actualidad de candidatos, gobiernos y partidos desde el punto de vista de la comunicación. En este sentido, la nueva edición en español de la Revista Politics ayudará, sin duda, a profesionalizar esta disciplina al compartir y difundir el trabajo que se hace en la política de habla hispana. Asimismo, cabe destacar el nacimiento en España de la Asociación de Comunicación Pública (ACOP), que en poco tiempo se ha convertido en un referente en la difusión e investigación sobre comunicación política.


6. Un importante auge de la videopolítica

Los vídeos son la última gran herramienta de comunicación política
Los vídeos son la última gran herramienta de comunicación política

El lenguaje audiovisual es la clave de la comunicación política actual. La televisión cambió la política y las campañas electorales se deben diseñar adecuándose a sus criterios. En España, debido a la anticuada ley que prohíbe la emisión de publicidad política en televisión, salvo los espacios cedidos por las cadenas públicas, los partidos solían elaborar dos o tres spots de campaña, que además tenían una duración de tres minutos, lo cuál anulaba su eficacia. Pero en los últimos cinco años, los partidos han comenzado a explorar las posibilidades que Internet ofrece para la comunicación audiovisual y se ha producido una generalización del vídeo como herramienta de comunicación política fuera del tiempo electoral. No obstante, la televisión sigue siendo el medio rey. De hecho, los vídeos difundidos por Internet tienen el principal objetivo de captar la atención de las cadenas de televisión y multiplicar así su difusión. Quizá sea este el primer escalón del auge de la videopolítica, que a final de cuentas permite que las buenas ideas y la originalidad superen en muchas ocasiones a las producciones muy costosas. Y es que en España está muy asentado entre los partidos la teoría de que la publicidad política requiere grandes costes de producción (cuidadas localizaciones, calidad de cine, etc.) pero la realidad demuestra una y otra vez que es posible captar la atención del público con una pieza sencilla, fácil de entender y directa. Basta con analizar cuáles son los vídeos más vistos en YouTube para comprobar que importa mucho más el mensaje y el contenido que la calidad de la producción.
7. Una tendencia a la personalización de las campañas

El año 2004 pasará a la historia de las campañas electorales españolas por el lanzamiento de la marca “ZP”, las siglas de Zapatero Presidente. Recibida con mofa desde algunos medios, su nivel de penetración en la opinión pública fue muy elevado. El nivel de conocimiento de José Luís Rodríguez Zapatero aumentó considerablemente gracias a esta campaña, considerada por algunos como pionera pero que en realidad suponía un paso natural en la evolución del marketing político. De hecho, hay que remontarse a 1952, a la campaña de Dwight Eisenhower contra Adlai Stevenson, considerada la primera en la historia del marketing político moderno. Los republicanos diseñaron uno de los mejores eslóganes que se recuerdan, “I like Ike”, (en referencia al diminutivo del General Eisenhower), gracias a su sencillez, su musicalidad y su frescura. Suponía el comienzo del branding aplicado a la comunicación política. Y eso es lo que sucedió exactamente en 2004 en España con la marca ZP. Se diseñó una identidad corporativa diferente a la del PSOE, ya que el objetivo era desarrollar una campaña basada en la imagen juvenil, cercana y moderna de José Luís Rodríguez Zapatero, que se contraponía a la imagen de José María Aznar, muy erosionada después de ocho años de gobierno y una última legislatura con un elevado coste político.

Cuatro año después, en 2008, el PSOE repitió la fórmula, pero convirtiendo la marca ZP en “Z” de Zapatero. Pocos meses antes de las elecciones generales, el Partido Socialista lanzó la campaña “Con Z de Zapatero”, con un estilo rompedor y basada en la figura del Presidente del Gobierno. Se mostraba a un Zapatero en un entorno informal, relajado, riéndose del guiñol que le parodiaba en un conocido programa de televisión y explotando su sonrisa, uno de sus principales activos. Y funcionó. Por entonces, en las comparaciones entre José Luís Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, el líder del Partido Popular, el socialista era más valorado por la opinión pública. Por ello, los estrategas del PSOE se esforzaron en plantear la campaña como una elección entre uno y otro líder.

En el Partido Popular también se ha consolidado la tendencia hacia la personalización de las campañas. En unos años en los que la marca PP no atravesaba sus mejores momentos, numerosos candidatos populares lanzaron sus marcas personales con webs de candidato, logotipos y hasta colores corporativos diferentes a los del propio partido. Así se vio especialmente en las elecciones municipales y autonómicas de 2007. En este sentido, destacó el caso de Juan Ignacio Zoido, candidato a la alcaldía de Sevilla, que hizo una innovadora campaña al margen completamente del manual de estilo de los populares. Más recientemente, Jaime Mayor Oreja, cabeza de lista al Parlamento Europeo, contaba con su propia línea gráfica reproducida en diferentes soportes y jugando con su nombre, “Jaime”. Sea una moda pasajera o no para los candidatos, sí es cierto que las campañas están cada vez más centradas en la figura de los candidatos, en su trayectoria, su experiencia y, en definitiva, su historia.


8. Un mayor uso de la tecnología

Una de las asignaturas pendientes de los políticos españoles sigue siendo su relación con las nuevas tecnologías. Salvo honrosas excepciones, la clase política no se ha llevado muy bien con los avances de la técnica. Durante demasiado tiempo Internet ha sido despreciado y considerado un canal “para la gente joven”. Asimismo, aquellos candidatos que querían ser percibidos como “modernos” creaban sus propias webs y sus blogs sin tener muy claro para qué. Por eso, el día de las elecciones estas páginas pasaban a mejor vida y dejaban de actualizarse. Últimamente el gran boom ha sido Facebook. Mariano Rajoy fue el primero en dar el salto a esta red social, lo que le valió una importante cobertura durante su campaña. Después el Partido Popular apostó claramente por este canal y los perfiles de los diferentes líderes populares fueron aumentando. Ahora Twitter está comenzando a despegar entre algunos representantes políticos, pero su gran crecimiento vendrá en unos meses, a medida que se acerquen los comicios de 2011. Pero el problema sigue siendo que muchos políticos se acercan a las nuevas tecnologías como quien acude a un mercado en campaña, a pedir el voto. La web y las redes sociales tienen sus propias normas y cuando los políticos no se adaptan a ellas tiene un efecto contraproducente. Las redes sociales implican conversación y comunidad. Por ello, para un candidato, el momento de adentrarse en el mundo de Facebook, Twitter y otras herramientas que vendrán es el día después de las elecciones, con cuatro años por delante para construir una comunidad y una red con la que dialogar, interactuar y comunicarse.

9. Una publicidad política en constante evolución

La publicidad política en España está alcanzando la mayoría de edad. Los partidos cuidan cada vez más esta parte de su comunicación, cuya influencia sigue siendo bastante limitada en España. Como ejemplo, en las últimas elecciones europeas el Partido Popular elaboró más de 15 vídeos electorales, muchos de ellos emitidos únicamente por Internet, pero a un ritmo prácticamente de un spot diario durante los días oficiales de campaña. Tan sólo cinco años atrás, en las anteriores europeas, el PP apenas contaba con un par de spots de campaña, por lo que algo está cambiando. El PSOE, por su parte, también está prestando una especial atención a sus producciones audiovisuales en los últimos años. Isabel Coixet, una conocida directora de cine, ha sido la autora de varios de sus spots, de gran calidad y que han tenido un notable impacto.

Un año antes, en 2008, hubo un importante hito para la publicidad política en España. Se produjo un cambio en el formato de los anuncios electorales, que pasaron a tener una duración de 30 segundos gracias al consenso entre los diferentes partidos. Suponía el fin de los interminables bloques electorales y la integración de los spots dentro de la publicidad de las cadenas públicas. Quizá el próximo paso debería ser la liberalización en la contratación de espacios para los partidos, una medida que no estaría exenta de polémica.

10. Una incipiente profesionalización en la gestión de las campañas

Los grandes partidos políticos siempre han sido muy reacios a la hora de contratar los servicios de consultores políticos ajenos a la organización. De hecho, los directores de campaña, a diferencia de otros países, eran conocidos miembros del partido, no siempre con formación en comunicación política. Pero la situación esta cambiando. La figura del consultor empieza a ser tenida en cuenta y los candidatos cada vez son más permeables al asesoramiento externo. Las campañas cambian, la forma de llegar al público también y, por tanto, se necesitan especialistas en la materia. Y esa es la mejor noticia, que el sector de la consultoría política cuenta con un futuro brillante en España. Paciencia.

Daniel Ureña es el primer consultor español ganador del Premio Rising Star y Socio-Director de MAS Consulting España.