Spotify es una mezcla entre streaming y P2P, que es como decir que funciona un poco como YouTube y un poco como eMule: es decir, no es necesario descargarse una canción a tu ordenador para escucharla, y el programa se sirve del disco duro de los usuarios para servir las canciones, lo cual mejora la velocidad del servicio. Spotify es una mezcla de radio tradicional y radio online (como Pandora o Last.fm), porque tiene un modelo de negocio híbrido entre el publicitario y el basado en suscripciones. También tiene elementos de red social, ya que se pueden elaborar listas de reproducción para compartir con amigos a través de una URL.

Este monstruo de Frankenstein es la nueva alternativa de la industria musical al callejón sin salida aparente de su modelo de negocio tradicional, y, hoy por hoy, es la alternativa más seria junto con iTunes. Aunque por ahora sólo opera en seis países -Suecia, Reino Unido, Francia, Noruega, Finlandia y España, donde ya hay más de 750.000 usuarios- su crecimiento de 100.000 suscriptores al mes y su fondo de armario de seis millones de canciones lo convierten en algo más que una promesa.

spotify-logoLos cazadores de tendencias publicitarias no han tardado en poner sus ojos en Spotify. Recientemente veíamos cómo los conservadores, en medio de su carrera por llevar a David Cameron a Downing Street encontraban un momento para fijar su atención en Spotify. El Partido Conservador ya ha mostrado en otras ocasiones flexibilidad y ganas de innovar, sobre todo con la finalidad de implicar al público joven, a menudo lejano de la política en general y de la política conservadora en particular. Si a principios de mes se lanzaba MyConservatives, una red social inspirada en la experiencia de barack Obama con MyBO (MyBarackObama), hace unos días leíamos sobre el anuncio de una campaña de los de Cameron en Spotify.

El Partido Conservador se asegura así la atención (la publicidad en Spotify no se puede quitar, ni pasar, ni apartar del camino, si no es contratando una suscripción de pago) de un nutrido número de potenciales votantes, a los que, además, se puede dirigir por código postal.

Se trata de la primera campaña publicitaria en Spotify de un partido británico, aunque la experiencia tiene precedentes, por ejemplo en España, donde el PSOE lanzó sus anuncios para las elecciones europes. Asimismo, la campaña por la candidatura de Cáceres a la capitalidad cultural en el año 2016 (seguiremos informando de las novedades del vídeo viral diseñado por MAS Consulting y Cosa de Risa, que nos está dando grandes alegrías) también está presente estos días en esta pujante forma de anunciarse, y de vivir la afición por la música.

Industria musical y anunciantes no son los únicos que han tenido que hacer estiramientos para subirse al carro de las nuevas tendencias. Como demuestra este post –Top 10 de anuncios de Spotify también la creatividad ha buscado adaptarse y realizar campañas únicas para el medio.

Puede que Spotify sea el salvavidas de la industria musical y puede que se quede en el sabor del año. Al fin y al cabo se empiezan a notar los síntomas de fatiga de gigantes que parecían invencibles, como MySpace. Pero es precisamente por eso por lo que los publicistas, comunicadores y anunciantes deben estar cada vez más pendientes de las tendencias, y especialmente en internet (que se ha convertido ya oficialmente en el tercer medio por inversión publicitaria).

Cada vez es más complicado decidir, diseñar y grabar en piedra una estrategia comunicativa, sino que hay que aprender a esperar a que la ola esté en su apogeo para surfearla, y luego esperar la siguiente.